· Catacumbas de los Santos Pedro y Marcelino · Pintura mural, fresco, de Jesús Cristo, San Pedro y San Pablo ·


· Jesús Cristo flanqueado por San Pedro y San Pablo ·
· Fresco de las Catacumbas de los Santos Pedro y Pablo · Roma, s. IV ·


Es a partir del siglo IV cuando comienza a representarse a Jesús Cristo en el modo en que, con el tiempo, vendría a ser estereotipo: hombre maduro, con barba, pelo largo y serena y regia presencia. Un ejemplo de ello es este fresco de las Catacumbas de los Santos Pedro y Marcelino en Roma. 

En la parte superior de esta pintura mural se muestra a Jesús Cristo flanqueado, en primera instancia, por la primera y última letra del alfabeto griego, α/Α (alfa) y ω/Ω (omega), para indicar que Cristo es principio y fin.1 Además, viendo de frente el mural, a su derecha el Apóstol Pedro; a su izquierda el Apóstol Pablo 

En la parte inferior del fresco, se hallan representados, de izquierda a derecha, los mártires Tiburcio, Marcelino,  Gorgonio y Pedro (exorcista del s. IV). En medio de ellos, el Cordero, como símbolo crístico.



Apocalipsis 22, 13 “Yo soy Alpha y Omega, principio y fin, el primero y el postrero.”